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JUSTIFICACIÓN
La enfermedad tromboembólica venosa (ETV) asociada al cáncer, definida como la aparición de una trombosis venosa profunda (TVP), una embolia pulmonar (EP) o una trombosis del catéter venoso central (TVC), es una complicación frecuente y grave en pacientes con tumores sólidos o neoplasias hematológicas.
La ETV es un factor pronóstico independiente de muerte en pacientes con cáncer y es la segunda causa de muerte después de la progresión de la enfermedad. Sin embargo, la prevalencia de la ETV en pacientes con tumores sólidos o neoplasias hematológicas está subestimada. La ETV se diagnostica hasta en un 20% de los pacientes con cáncer, pero los estudios post-mortem y las tasas de ETV encontradas en el seguimiento radiológico rutinario sugieren que la verdadera prevalencia es superior. Entre el cincuenta y el setenta y cinco por ciento de los episodios de ETV diagnosticados incidentalmente pueden ser sintomáticos, pero no son tenidos en cuenta por los clínicos.
Son muchos los factores que pueden influir o aumentar el riesgo de ETV en los pacientes con cáncer, como la localización y el tipo de cáncer, la naturaleza metastásica, la naturaleza del tratamiento (cirugía, quimioterapia, factores de crecimiento, agentes antiangiogénicos, terapia hormonal), el uso de catéteres venosos centrales, la hospitalización, los factores del paciente (como la edad, las comorbilidades, los antecedentes de ETV) y determinados biomarcadores. El riesgo de ETV también varía a lo largo del curso del cáncer: desde el diagnóstico hasta el tratamiento, la remisión, la recidiva, la metástasis y el final de la vida.
La prevención y el tratamiento de la ETV en pacientes con cáncer requiere intervenciones consensuadas entre especialistas en Medicina Interna, Oncología, Hematología, Médicina y Cirugía Vasculares y también enfermeros, lo que subraya la importancia del manejo multidisciplinar. La falta de consenso entre las diferentes recomendaciones de buena práctica difundidas por las numerosas sociedades nacionales ha contribuido a que existan ciertas lagunas en los conocimientos y la práctica en la aplicación de los tratamientos y profilaxis de la ETV en los pacientes con cáncer. Por lo tanto, se necesitan programas de educación médica específicos para difundir información sobre los riesgos asociados a la ETV en estos pacientes, la importancia de una profilaxis adecuada y un tratamiento eficaz de la ETV establecida, así como consejos prácticos basados en recomendaciones de consenso, actualizadas periódicamente por los miembros de la ITAC.
La ETV supone un reto adicional para los médicos que tratan a los pacientes con cáncer. Las tasas de recurrencia y de hemorragias con el tratamiento anticoagulante son mayores en los pacientes con cáncer que en los que no lo padecen. Los médicos se enfrentan a un número cada vez mayor de tratamientos anticoagulantes que requieren una elección individualizada para cada paciente. Es necesario un enfoque personalizado para seleccionar la mejor pauta de anticoagulación en función del perfil de eficacia y seguridad de cada fármaco y de las preferencias del paciente.